Compuesto por dos unidades -enfriamiento por aire de carcasa y tubos y unidad de tratamiento-, en el sistema de enfriamiento y deshumidificación el aire a presión se canaliza a través del intercambiador de calor, donde entra en contacto con el circuito de refrigerante, condensándose progresivamente a lo largo del recorrido por el interior del intercambiador. A continuación, la unidad de tratamiento de aire separa y drena el condensado residual. A la salida de estos dos sistemas, se obtiene así aire frío completamente seco.
Ventajas
Sin mezcla
Gracias al circuito cerrado, las materias primas no se mezclan con hielo u otros elementos refrigerantes, con lo que se cumple plenamente la receta y se respetan las normas sanitarias y de higiene.
Sin estrés térmico
Con el sistema de autorregulación, las temperaturas son siempre constantes y controladas. Como resultado, el sistema no provoca un estrés térmico arriesgado y perjudicial para la harina y, en consecuencia, para la masa.
Simplicidad y eficacia
El sistema es extremadamente económico en términos de consumo de energía y, gracias a su facilidad de uso, no requiere mano de obra cualificada.
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